A Pozo Azul se accede por una vía terciaria
que une el anillo vial occidental con el antiguo Puente Zulia junto a
Termotasajero. A mitad de camino se desprende un difícil sendero que debe
recorrerse a pie durante casi una hora, surcando en la larga caminata lo más
frondoso de las montañas del sur de Cúcuta, en los límites con el Municipio de
San Cayetano. Al final de camino aparece Pozo Azul, una gran laja plana pulida
por el agua, que corre formando sobre la enorme roca concavidades conectadas
como por una lámina líquida que permite deslizarse a los bañistas como si se
tratara de un resbaladero. Desde hace años, generaciones y generaciones de
cucuteños han ido alguna vez a Pozo Azul. La rusticidad del camino y las
bellezas del paisaje, casi virgen hasta hace unas décadas, hicieron de Pozo
Azul una especie de paraíso al alcance de quienes estuvieran dispuestos a
recorrer a pie el largo sendero que lo unía con el caserío de El Carmen de
Tonchalá.
Desde hace algunos años Pozo Azul ha ido
cambiando. Ahora tiene más visitantes. Está más cerca de la ciudad desde que el
nuevo anillo vial occidental aproximó el antes remoto caserío. No solo por
cuenta del mayor número de visitantes, sino también por la intensiva minería
del carbón en sus inmediaciones, la preservación de Pozo Azul es uno de los
mayores desafíos de los conservacionistas cucuteños, y por supuesto, de las
entidades públicas encargadas de la protección del medio ambiente.
A pesar de estas dificultades, visitar Pozo
Azul sigue siendo una experiencia maravillosa que suscita intensas emociones.
Las corrientes de agua siguen siendo translúcidas así ahora se note en su fondo
los sedimentos oscuros del carbón y los caminantes que hace dos décadas
hicieron el mismo recorrido no dejen de advertirnos sobre la reducción del
caudal de la quebrada.
Todos los domingos Pozo Azul se llena de
turistas que no siempre son conscientes del deber de cuidar y conservar el
lugar. Sin embargo nadie deja de notar que Pozo Azul es quizá el más bello de
nuestros escenarios naturales y un lugar con enorme potencial turístico, que
bien aprovechado y promovido podría ser un lugar famoso en Colombia.
El Área Metropolitana de Cúcuta incluyó a
Pozo Azul en un proyecto de desarrollo ecoturístico cuya formulación ha
avanzado 50% y tiene como componente más complejo la gestión predial. La mayor
dificultad para la creación del Sendero Ecoturístico es que la quebrada Carmen
de Tonchalá está rodeada de predios privados, muchos de los cuales son objeto
de titulación minera. Sin embargo, el cauce de la quebrada y su ronda son zonas
públicas, por lo que una vez se delimite la zona de ronda, y mediante convenios
que se planteen a los propietarios y titulares mineros, el Municipio de Cúcuta
podría generar el espacio suficiente para el proyecto.
Una vez recuperados los senderos de acceso y
creadas las facilidades que hagan adecuado del lugar para su promoción
turística, Pozo Azul deberían estar en manos de una entidad que asociara
esfuerzos públicos y privados para administrar y conservar un tesoro que tiene
características suficientes para ser declarado Parque Nacional, y que por lo
pronto, debería ser una reserva ecológica que el Municipio de Cúcuta conserve y
promueva con un cuidado muy especial pensando en las nuevas y futuras
generaciones de cucuteños.
24/12/2014